jueves, 14 de enero de 2010

La insustentabilidad del tipo de cambio alto durante la gestión K

Muchos fueron los defensores del nuevo modelo, considerándolo como un nuevo paradigma. Defendieron el tipo de cambio alto, como si por sí solo hiciera a la Argentina competitiva, insertándola como un país exportador en los mercados mundiales.
Imaginemos por un momento que así fuese. Como la extensión de este trabajo pretendo que sea muy corta pero clara y teóricamente coherente, voy a empezar a analizar partiendo del supuesto en que estamos de acuerdo en que el tipo de cambio alto hace que un país exporte más y así sea -por esa sola circunstancia-, mucho más rico. La pregunta que surge es, ¿Al momento que se implementó el modelo de tipo de cambio alto K, era sustentable en el tiempo? Ese modelo tenía un muy corto plazo de vida, es decir, jamás la Argentina podría crecer durante muchas generaciones con semejantes ideas.
En primer lugar, la fuerte expansión monetaria generada en USA principalmente a partir del año 2001 hizo que la mayoría de las monedas se apreciaran respecto del dólar. El ejemplo más claro es el Euro; pero también tenemos ejemplos más cercanos y propios de Latinoamérica: Brasil y Chile. ¿Cómo puede entonces sostenerse un tipo de cambio alto si la principal moneda del comercio exterior se está devaluando permanentemente y la mayoría de las monedas se aprecian respecto de ella? ¿Puede en ese contexto tenerse un dólar alto para fomentar las exportaciones? Sí se puede. Obviando la discusión sobre si esto es mejor o peor para nuestro país, es claro que se puede sostener un tipo de cambio alto siempre y cuando desde Argentina haya una fuerte demanda de dólares. Durante la gestión K, ese demandante de dólares fue el BCRA a cargo de Redrado -cosa que demuestra que tampoco fue lo suficientemente independiente-.
La forma en que se podía estimular la demanda de dólares en nuestro país era a través de dos mecanismos:
1-Comprando dólares el BCRA contra la emisión monetaria.
2-Generando el gobierno un superávit fiscal y con tal superávit comprar los dólares para sostener el tipo de cambio.
Ambas opciones son inviables en el tiempo y producen, en un período más corto o más largo, una recesión, considerando a esta ni más ni menos que un 'ajuste en la estructura de los precios relativos' que fueron alterados artificialmente por obra del Estado. ¿Por qué digo esto? Pasemos a analizar ambas soluciones.
La primera opción, la del BCRA emitiendo billetes para comprar dólares genera una inflación en pesos. Esta inflación en pesos hará que los precios de los bienes no transables (que por sus características no son susceptibles de comercio exterior) suban, mientras que los bienes no transables mantendrán su precio según los valores internacionales. Este cambio en los precios relativos entre ambos bienes (los bienen no transables suben mientras que los transables se mantienen constantes) hará que con el tiempo y al incrementarse los costos, las empresas marginales no puedan obtener rentabilidad de su producción y quiebren. Es decir, y aquí una contradicción total de las empresarios que defienden el tipo de cambio alto, es insustentable y llevará a las empresas a la quiebra ya que el nivel de precios de los bienes que se exportan se mantendrán constantes y los costos (no transables) subirán indefinidamente por la emisión monetaria. Entonces, el modelo termina en quiebra de empresas (incluso las mismas que defendieron el tipo de cambio alto), desocupación y recesión (ajuste de precios relativos que fueron modificados artificialmente por obra del gobierno que mantuvo el tipo de cambio alto emitiendo moneda).
La segunda opción tampoco es buena a mi criterio porque el famoso 'superávit' implica que la presión tributaria es alta, importa que se le está quitando poder de consumo y ahorro a los particulares, es decir, se le saca de más a las personas para sostener el tipo de cambio. De nuevo, se buscan más ingresos para el Estado para mantener los mismos gastos, pero para destinar ese superávit fiscal a la compra de dólares. En definitiva, lo que habría en este caso sería una carga tributaria sobre toda la población para distribuir riqueza en favor de las personas beneficiadas por el tipo de cambio alto. De nuevo, esto produce un cambio en la estructura de los precios relativos. Asimismo, siendo el Estado representado por personas (políticos) es lógico pensar que intentarán además de comprar dólares aumentar el gasto público, razón por la cual la recaudación tributaria tenderá a incrementarse quitándole riqueza a las personas en favor del Estado. Los efectos serán los mismos: quiebra de empresas marginales que no pueden soportar los costos tributarios, desocupación y recesión. El Estado comenzará a tener déficit fiscal y tratará de solventarlo mediante distintos medios de financiación, pero no habrá solución el modelo es inviable en teoría, se busque la solución que se busque.
Otro Punto esencial teórico que no se tiene en cuenta es la ley de ajuste automático de David Hume. En efecto, si se aumentaran las exportaciones y disminuyeran las importaciones (en forma artificial, ya sea por el mismo tipo de cambio alto o por restricciones a las importaciones), la balanza comercial sería superavitaria y habría muchos ingresos de dólares que tenderían a bajar el ‘tipo de cambio alto’; salvo que la cuenta capital y financiera arrojara una fuga de capitales –lo que equilibraría o compensaría la balanza comercial positiva y se llegaría al absurdo de sostener que la fuga de capitales es positivo para la economía de un país-. Para tratar de evitar el ajuste automático de David Hume se tendrían que implementar tres opciones: las dos mencionadas anteriormente (BCRA emitiendo o superávit del gobierno para comprar dólares) o que haya una fuga de capitales en la cuenta capital y financiera que compense.
Con todos estos breves temas tratados quiero demostrar que el tipo de cambio alto para favorecer las exportaciones no es sustentable ni perdurable en el tiempo. En definitiva, el modelo hoy se agotó. En Argentina se utilizó la primera opción, esto es, la compra de dólares por parte del BCRA. Pero, si se hubiese adoptado la segunda opción el resultado hubiese sido el mismo. A su vez, la fuga de capitales desde el 2007 permitió sostener el tipo de cambio sin la necesidad de tanta emisión por parte del BCRA. Debemos empezar a buscar un nuevo modelo porque el de tipo de cambio alto para favorecer las exportaciones no produce riqueza. La solución está en que el Estado logre la seguridad jurídica (previsibilidad, respeto de las normas y del derecho de propiedad), disciplina fiscal (con la consiguiente correspondencia fiscal) y monetaria.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Sobre la ley de radio difusión

Respecto de este tema me gustaría hacer algunas reflexiones.

En primer lugar, la libertad de prensa es una de las más valiosas libertades con las cuales cuenta el individuo. Importa la capacidad de cada quien de tener una idea, expresarla, difundirla de todos los modos que tenga a su alcance para tratar de persuadir a los demás. Implica que no se puede limitar o restringir las ideas y expresiones a ninguna persona. Puede suceder que algunas ideas sean equivocadas, otras correctas, pero la libertad implica que nadie puede decidir cuáles ideas son correctas y cuáles no, ni siquiera la voluntad mayoritaria.

En segundo lugar, es mentira que esta ley que intenta aprobarse sea democrática. La única manera en que se puede defender la democracia y la libertad de prensa es no restringiéndola. Ni siquiera la mayoría (si se entiende por eso ‘democracia’) puede limitar las ideas de la minoría. La libertad de prensa no puede regularse, nadie puede hacerlo, menos el estado (toda vez que el Estado no es un ente abstracto, sino que está representado por personas, que hoy es Cristina, antes fue Néstor y mañana puede ser cualquiera). La libertad de prensa es un derecho individual, reitero: individual, un derecho que tiene cada persona por el hecho de serlo. Esta libertad de prensa, defendida desde el punto de vista del individuo, siempre redunda en un beneficio a la sociedad. En las sociedades en que se respeta el derecho individual de libertad de prensa suelen haber caracteres democráticos y también suelen ser las más prósperas a nivel material.

En tercer lugar, la libertad de prensa no puede ser regulada del mismo modo en que son regulados otros derechos por un estado que se llama ‘benefactor’ o ‘redistribuidor’. En efecto, desde el punto de vista de la riqueza, se vulneran los más elementales principios de justicia toda vez que se les saca a unos para darle a otros, si bien todos lo aceptamos como dóciles ovejas. Pero sin embargo, en el punto de vista de las ideas no se puede realizar lo que se llama ‘una acción redistributiva’. Ahora, ¿Por qué digo esto? Porque algunas ideas serán más valoradas que otras, algunos pensamientos más que otros. Esto hace que los que tienen las ideas que son más valoradas por las personas que integran una sociedad crezcan en cuanto a la difusión de sus pensamientos. Pero no puede venir nadie (y menos el Estado), a decir ‘ustedes crecieron demasiado difundiendo sus ideas; entonces, vamos a quitarle poder de difusión para darle más poder de difusión a estas otras personas que no pudieron difundir sus ideas’. Esto es una locura, porque se estaría privilegiando o beneficiando a ciertas ideas en desmedro de otras que crecieron por que la gente las eligió. Este es el argumento central a mi criterio. Lo que el Estado quiere hacer con esta ley es redistribuir las ideas, para darle más poder a aquéllas que tienen menos eco en la sociedad. Y no es ilógico que esto suceda en el momento en que la gente más desprecia a este gobierno (sobre todo después de los sucedido en las elecciones del 28 de junio).

Para terminar, y como último argumento, quiero hacer una referencia al ‘monopolio’ clarín. Tenemos que entender que este monopolio no creció porque la gente lo eligió, porque a la gente le pareció que sus ideas eran buenas. Este grupo creció por la ayuda estatal de un Estado redistribuidor que licuó deudas y demás, que lo benefició en desmedro del resto de la sociedad; y como contraprestación, el monopolio ayudó a los distintos gobiernos que hubo en Argentina, apoyando las acciones más contradictorias y descabelladas, callando, silenciando actos que fueron absolutamente tercermundistas y corruptos. Por ello, el monopolio clarín no surgió como consecuencia de una falla del ‘mercado de ideas’, si lo podemos llamar así; sino por la acción deliberada de un Estado redistribuidor que licuó deudas de un ‘imperio’ para no dejar a trabajadores en la calle (o permitiéndoles que encuentren trabajo en otra actividad más eficiente que defendiendo a gobiernos de turno).

Por ello, finalizo diciendo que en la libertad de prensa no puede intervenir el Estado de bienestar (o en realidad de malestar) redistribuyendo ideas. Actos como ése son propios de un autoritarismo perverso que nos falta el respeto diciendo que la regulación es ‘democrática’.

viernes, 8 de mayo de 2009

La división de la sociedad y los 6 meses

Es sumamente grave la forma en que el oficialismo se prepara para la elección. Apuestan al todo o nada, a que se mantienen en el poder o que se van, a que se vote a los buenos (ellos) o a los malos, antipatrias, gorilas, etc.
Son peores estos excesos teniendo en cuenta que todavía falta para las elecciones más de un mes y medio. De tal modo que podemos pensar que si la situación política está tan violenta con lo que resta para aquel momento, imaginemos cuando falte una semana o pocos días para el 28 de junio. ¿Podremos soportar tanta violencia y división para ese entonces? ¿Hasta dónde van a llegar? Es absolutamente preocupante la forma en que un gobierno que se supone constitucional y democrático -se ‘supone’ reitero-, violenta a la sociedad y no tolera la discusión, el diálogo y las diferencias políticas. Ello porque si los argentinos nos odiamos, si los que votan a Kirchner consideran como enemigos -y no como adversarios políticos-, a los que no lo votan, es imposible construir un país pensando en futuro, con concordia política y pacificación de la vida en sociedad. Peor aún, siguiendo este pensamiento autoritario y violento, una parte de la sociedad tendría que ‘exterminar’, ‘eliminar’ a la otra parte; ya que se odian, unos son buenos y otros malos, no tienen simplemente diferencias de opinión, sino un odio extremo que hace imposible la vida en común.
La actitud del gobierno es fascista, autoritaria. Me pregunto: ¿Van a matar a todos los que no piensan como ellos antes del 28 de junio? Y si pierden el 28 de junio: ¿Van a decir que es un golpe de los sectores económicos que poseen rentas extraordinarias -a su juicio-, y de tal forma no van a respetar los resultados de la elección ni a quienes no los votaron -supuestamente por dejarse influenciar por aquellos poderosos-? Todo es posible.
A pesar de la gravedad de lo dicho anteriormente, hay una cosa que todavía es peor. Supongamos un escenario en donde el gobierno pierde la mayoría legislativa. A pesar de ello, desde el 29 de junio hasta diciembre cuando asuman los nuevos legisladores, el gobierno seguirá teniendo mayoría legislativa. Sabiendo esto de un gobierno que es autoritario y absolutamente dañino, imaginemos todo lo que podrá hacer en esos 6 meses. Más teniendo en cuenta las dificultades económicas que tiene la Argentina. Tal vez se vayan -como dice el mismo gobierno, echándole la culpa a quienes ‘desestabilizaron’ la democracia-, o tal vez intenten en esos 6 meses con mayoría legislativa hacer todo lo que no podrán en los próximos 2 años: por ejemplo, una nacionalización de la economía o, al menos, de los sectores que todavía tienen cierta rentabilidad (como se hizo con las AFJP). Es todo un problema, y habrá que tener mucho cuidado. También podría ocurrir que muchos de los legisladores que todavía son kirchneristas, en ese período y por la presión social y para defender algo de su dignidad, se nieguen a aprobar cualquier proyecto legislativo ridículo. Es decir, podría darse un escenario en donde la mayoría legislativa la pierda ‘de hecho’ la presidente Kirchner desde el mismo 29 de junio.
En fin, toda esta futurología política que hago en este artículo la hace la mayoría de la población. Mientras tanto, la economía se sigue encareciendo. Igual no se preocupen que van a echarle la culpa al efecto jazz o rock and roll o lo que sea, desconociendo que es resultado de sus propias acciones.