Imaginemos por un momento que así fuese. Como la extensión de este trabajo pretendo que sea muy corta pero clara y teóricamente coherente, voy a empezar a analizar partiendo del supuesto en que estamos de acuerdo en que el tipo de cambio alto hace que un país exporte más y así sea -por esa sola circunstancia-, mucho más rico. La pregunta que surge es, ¿Al momento que se implementó el modelo de tipo de cambio alto K, era sustentable en el tiempo? Ese modelo tenía un muy corto plazo de vida, es decir, jamás la Argentina podría crecer durante muchas generaciones con semejantes ideas.
En primer lugar, la fuerte expansión monetaria generada en USA principalmente a partir del año 2001 hizo que la mayoría de las monedas se apreciaran respecto del dólar. El ejemplo más claro es el Euro; pero también tenemos ejemplos más cercanos y propios de Latinoamérica: Brasil y Chile. ¿Cómo puede entonces sostenerse un tipo de cambio alto si la principal moneda del comercio exterior se está devaluando permanentemente y la mayoría de las monedas se aprecian respecto de ella? ¿Puede en ese contexto tenerse un dólar alto para fomentar las exportaciones? Sí se puede. Obviando la discusión sobre si esto es mejor o peor para nuestro país, es claro que se puede sostener un tipo de cambio alto siempre y cuando desde Argentina haya una fuerte demanda de dólares. Durante la gestión K, ese demandante de dólares fue el BCRA a cargo de Redrado -cosa que demuestra que tampoco fue lo suficientemente independiente-.
La forma en que se podía estimular la demanda de dólares en nuestro país era a través de dos mecanismos:
1-Comprando dólares el BCRA contra la emisión monetaria.
2-Generando el gobierno un superávit fiscal y con tal superávit comprar los dólares para sostener el tipo de cambio.
Ambas opciones son inviables en el tiempo y producen, en un período más corto o más largo, una recesión, considerando a esta ni más ni menos que un 'ajuste en la estructura de los precios relativos' que fueron alterados artificialmente por obra del Estado. ¿Por qué digo esto? Pasemos a analizar ambas soluciones.
La primera opción, la del BCRA emitiendo billetes para comprar dólares genera una inflación en pesos. Esta inflación en pesos hará que los precios de los bienes no transables (que por sus características no son susceptibles de comercio exterior) suban, mientras que los bienes no transables mantendrán su precio según los valores internacionales. Este cambio en los precios relativos entre ambos bienes (los bienen no transables suben mientras que los transables se mantienen constantes) hará que con el tiempo y al incrementarse los costos, las empresas marginales no puedan obtener rentabilidad de su producción y quiebren. Es decir, y aquí una contradicción total de las empresarios que defienden el tipo de cambio alto, es insustentable y llevará a las empresas a la quiebra ya que el nivel de precios de los bienes que se exportan se mantendrán constantes y los costos (no transables) subirán indefinidamente por la emisión monetaria. Entonces, el modelo termina en quiebra de empresas (incluso las mismas que defendieron el tipo de cambio alto), desocupación y recesión (ajuste de precios relativos que fueron modificados artificialmente por obra del gobierno que mantuvo el tipo de cambio alto emitiendo moneda).
La segunda opción tampoco es buena a mi criterio porque el famoso 'superávit' implica que la presión tributaria es alta, importa que se le está quitando poder de consumo y ahorro a los particulares, es decir, se le saca de más a las personas para sostener el tipo de cambio. De nuevo, se buscan más ingresos para el Estado para mantener los mismos gastos, pero para destinar ese superávit fiscal a la compra de dólares. En definitiva, lo que habría en este caso sería una carga tributaria sobre toda la población para distribuir riqueza en favor de las personas beneficiadas por el tipo de cambio alto. De nuevo, esto produce un cambio en la estructura de los precios relativos. Asimismo, siendo el Estado representado por personas (políticos) es lógico pensar que intentarán además de comprar dólares aumentar el gasto público, razón por la cual la recaudación tributaria tenderá a incrementarse quitándole riqueza a las personas en favor del Estado. Los efectos serán los mismos: quiebra de empresas marginales que no pueden soportar los costos tributarios, desocupación y recesión. El Estado comenzará a tener déficit fiscal y tratará de solventarlo mediante distintos medios de financiación, pero no habrá solución el modelo es inviable en teoría, se busque la solución que se busque.
Otro Punto esencial teórico que no se tiene en cuenta es la ley de ajuste automático de David Hume. En efecto, si se aumentaran las exportaciones y disminuyeran las importaciones (en forma artificial, ya sea por el mismo tipo de cambio alto o por restricciones a las importaciones), la balanza comercial sería superavitaria y habría muchos ingresos de dólares que tenderían a bajar el ‘tipo de cambio alto’; salvo que la cuenta capital y financiera arrojara una fuga de capitales –lo que equilibraría o compensaría la balanza comercial positiva y se llegaría al absurdo de sostener que la fuga de capitales es positivo para la economía de un país-. Para tratar de evitar el ajuste automático de David Hume se tendrían que implementar tres opciones: las dos mencionadas anteriormente (BCRA emitiendo o superávit del gobierno para comprar dólares) o que haya una fuga de capitales en la cuenta capital y financiera que compense.
Con todos estos breves temas tratados quiero demostrar que el tipo de cambio alto para favorecer las exportaciones no es sustentable ni perdurable en el tiempo. En definitiva, el modelo hoy se agotó. En Argentina se utilizó la primera opción, esto es, la compra de dólares por parte del BCRA. Pero, si se hubiese adoptado la segunda opción el resultado hubiese sido el mismo. A su vez, la fuga de capitales desde el 2007 permitió sostener el tipo de cambio sin la necesidad de tanta emisión por parte del BCRA. Debemos empezar a buscar un nuevo modelo porque el de tipo de cambio alto para favorecer las exportaciones no produce riqueza. La solución está en que el Estado logre la seguridad jurídica (previsibilidad, respeto de las normas y del derecho de propiedad), disciplina fiscal (con la consiguiente correspondencia fiscal) y monetaria.

