En esta ocasión, escribo para comentar cuál es mi pensamiento sobre el futuro argentino. Tengo algunas impresiones y, probablemente, escribir en este blog me dará la oportunidad de corroborar en un par de meses si mi pronóstico fue acertado o completamente erróneo. Es un lindo juego, ya que puedo hacerlo por placer y no por dinero. Si en el futuro lo hago por dinero, tendré menos margen de maniobra y error, lo que me obligará a realizar un trabajo mucho más pormenorizado y analizado. Pero por el momento, esta es mi impresión.
Bien, creo que el conflicto del campo suscitó el primer problema político de importancia del gobierno. ¿Por qué considero que es el primero, y no otros como el caso Skanska, la valija de U$S 800.000, la plata en el baño de la ministra Miceli? Porque es la primera ocasión en que un sector se alza contra las políticas prepotentes, soberbias y hegemónicas del ejecutivo. Y cuando hablo de un alzamiento, significa de una gran importancia, una voz que se hizo escuchar y un acompañamiento de otros sectores -que si bien no son del campo-, se solidarizaron y reclamaron un ‘stop’ en la forma de hacer política.
No me cabe la menor duda de que este conflicto animará a muchos otros sectores de la población a solicitar que su ‘voz sea escuchada’, que no sean ignorados, que reclamen que ellos también son parte del ‘pueblo’. Por eso mismo, creo que el gobierno cometió un gran error al no arreglar la situación con los sectores rurales durante el plazo de 30 días que duró la tregua. Nuestra presidente no sabe cómo solucionar este error, sabe que de la solución de esta disputa dependen las políticas que vayan a implementar en el futuro. Ésa es la razón por la cual el gobierno no quiere negociar con el campo (lo que implica una retroactividad en las retenciones), ya que si lo hace demostraría un signo de debilidad y eso animaría a otros sectores a ‘levantarse’.Lo que no comprende Cristina Fernández es que la falta de arreglo importa la tensión con unos de los sectores más importantes de nuestro país, lo que haría que muchos otros sectores ya disconformes se sumen y ello pueda producir una explosión social.
En consecuencia, ya sea que se de un escenario u otro, la política K no será tan fácil de implementar, salvo con los riesgos de división, enfrentamiento y encono de nuestra sociedad.
Por otra parte, analizando los cinco años de gobierno del matrimonio Kirchner considero que jamás, en ningún momento, demostrarán debilidad ante la opinión pública. Así es que resulta improbable un acuerdo como el que el campo pretende (reducción de las retenciones). Y si hay acuerdo, no será retrotrayendo la situación al estado anterior al que se dispusieron las retenciones móviles, si no que habrá otro tipo de acuerdo que no demuestre que el gobierno se equivocó y, en definitiva, terminará siendo mucho más costoso para las arcas del Estado.
En este contexto, creo que el futuro argentino nos encontrará con severas disputas políticas, con un gobierno sordo, autista, encerrado en sí mismo, que tratará de imponer sus políticas de modo autoritario, demagógico, produciendo un encono y odio innecesarios en nuestra democracia política. Así es que esta situación de tensión política generará una tensión económica, máxime cuando la inflación está creciendo desmesuradamente y afecta -mayormente-, a los sectores de menores recursos. También se producirá inseguridad jurídica, falta de previsibilidad, lo que indudablemente afectará la inversión y con ello será todavía más difícil de combatir la inflación. Toda esta tensión producirá descontento social, una crispación en nuestros ciudadanos que hará que busquen un líder pacífico, que atenúe los ánimos, que traiga estabilidad política y económica. Por eso, considero que la oposición debe estar pensando en este futuro y tratar de brindar una respuesta a él. Salvo que intenten dejar el gobierno en personas que practican la maldad apasionadamente para conseguir más y más poder.
Bien, creo que el conflicto del campo suscitó el primer problema político de importancia del gobierno. ¿Por qué considero que es el primero, y no otros como el caso Skanska, la valija de U$S 800.000, la plata en el baño de la ministra Miceli? Porque es la primera ocasión en que un sector se alza contra las políticas prepotentes, soberbias y hegemónicas del ejecutivo. Y cuando hablo de un alzamiento, significa de una gran importancia, una voz que se hizo escuchar y un acompañamiento de otros sectores -que si bien no son del campo-, se solidarizaron y reclamaron un ‘stop’ en la forma de hacer política.
No me cabe la menor duda de que este conflicto animará a muchos otros sectores de la población a solicitar que su ‘voz sea escuchada’, que no sean ignorados, que reclamen que ellos también son parte del ‘pueblo’. Por eso mismo, creo que el gobierno cometió un gran error al no arreglar la situación con los sectores rurales durante el plazo de 30 días que duró la tregua. Nuestra presidente no sabe cómo solucionar este error, sabe que de la solución de esta disputa dependen las políticas que vayan a implementar en el futuro. Ésa es la razón por la cual el gobierno no quiere negociar con el campo (lo que implica una retroactividad en las retenciones), ya que si lo hace demostraría un signo de debilidad y eso animaría a otros sectores a ‘levantarse’.Lo que no comprende Cristina Fernández es que la falta de arreglo importa la tensión con unos de los sectores más importantes de nuestro país, lo que haría que muchos otros sectores ya disconformes se sumen y ello pueda producir una explosión social.
En consecuencia, ya sea que se de un escenario u otro, la política K no será tan fácil de implementar, salvo con los riesgos de división, enfrentamiento y encono de nuestra sociedad.
Por otra parte, analizando los cinco años de gobierno del matrimonio Kirchner considero que jamás, en ningún momento, demostrarán debilidad ante la opinión pública. Así es que resulta improbable un acuerdo como el que el campo pretende (reducción de las retenciones). Y si hay acuerdo, no será retrotrayendo la situación al estado anterior al que se dispusieron las retenciones móviles, si no que habrá otro tipo de acuerdo que no demuestre que el gobierno se equivocó y, en definitiva, terminará siendo mucho más costoso para las arcas del Estado.
En este contexto, creo que el futuro argentino nos encontrará con severas disputas políticas, con un gobierno sordo, autista, encerrado en sí mismo, que tratará de imponer sus políticas de modo autoritario, demagógico, produciendo un encono y odio innecesarios en nuestra democracia política. Así es que esta situación de tensión política generará una tensión económica, máxime cuando la inflación está creciendo desmesuradamente y afecta -mayormente-, a los sectores de menores recursos. También se producirá inseguridad jurídica, falta de previsibilidad, lo que indudablemente afectará la inversión y con ello será todavía más difícil de combatir la inflación. Toda esta tensión producirá descontento social, una crispación en nuestros ciudadanos que hará que busquen un líder pacífico, que atenúe los ánimos, que traiga estabilidad política y económica. Por eso, considero que la oposición debe estar pensando en este futuro y tratar de brindar una respuesta a él. Salvo que intenten dejar el gobierno en personas que practican la maldad apasionadamente para conseguir más y más poder.

